UB01 DENSIDAD / TIPO DE EDIFICACIÓN

Objetivo

Elegir el tipo de edificación apropiada es crucial para determinar la densidad resultante y una red eficiente de instalaciones urbanas para dar servicio a las viviendas. El resultado debe ser una adecuada concentración de población en el ámbito para estimular intercambios y relaciones entre personas y actividades. Esta concentración simplifica y hace más eficientes las infraestructuras necesarias.

¿Por qué?

En los nuevos desarrollos urbanísticos, la elección de los tipos de edificaciones tiene consecuencias directas sobre las siguientes variables:

• La ocupación de suelo: A más suelo ocupado por la misma población, menor eficiencia en el empleo del suelo como recurso, más gasto en la ejecución y el mantenimiento de las redes e infraestructuras.
• La movilidad: Los asentamientos compactos son menos dependientes del sistema de transporte. Los desarrollos urbanos dispersos generan un uso masivo del vehículo privado para actividades cotidianas y complican una gestión eficaz de la red de transporte público.
• La complejidad: Un conjunto heterogéneo de edificaciones facilita la existencia de singularidades o referencias urbanas. También promueve la coexistencia de población diversa en términos sociales. Las zonas dispersas monofuncionales o con un único tipo de edificios se vuelven vulnerables, homogéneas y poco diversas.
• Las dotaciones: La población dispersa no permite un uso eficaz de las dotaciones y, cuando la masa poblacional es reducida, el área es difícil gestionar y usar adecuadamente.
• El aprovechamiento del espacio público: En los espacios colectivos de los tejidos compactos se desarrolla una mayor vida social.
• Las actividades económicas: Una cantidad suficiente de población ofrece un mercado adecuado para que exista cierta diversidad de actividades económicas.

¿Cómo?

Numerosos autores establecen en 60–80 viviendas por hectárea, (unos 200–250 habitantes por hectárea) el umbral óptimo de densidad para reunir las ventajas de una ciudad compacta. Otros, atendiendo a parámetros de sostenibilidad específicamente (como la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona), recomiendan subir la densidad a la horquilla de las 80–100 viviendas por hectárea.

Es importante que se configure la ordenación con cierta complejidad y variedad de formas y tipos. La diversidad de tipos de edificios es un atributo de sostenibilidad ya que implica:
• variedad de formas arquitectónicas que ayuda a estructurar el espacio, dotarlo de referencias y de singularidades internas;
• variedad de viviendas, ya que combinando tipos se consigue una mejor adecuación a las condiciones del lugar y del relieve sobre todo en territorios accidentados;
• variedad de personas según su renta y posibilidades de adquisición de unos tipos u otros de viviendas; y
• variedad de usos para evitar las ordenaciones excesivamente monofuncionales combinando el uso residencial con usos terciarios, comerciales e incluso industriales siempre dentro de los márgenes de compatibilidad normativos.

En los climas fríos, en los que la calefacción es la principal necesidad para acondicionar, se recomienda reducir la relación entre superficie de fachada y el volumen, lo que da como resultado una configuración compacta de los edificios y una minimización de pérdidas energéticas.

Las viviendas unifamiliares aisladas consumen el doble de energía en comparación con las unidades residenciales en los edificios plurifamiliares. A pesar de tener más limitadas las posibilidades de captación solar, la proporción se mantiene porque también se minimizan las pérdidas.

Para sectores de nueva ordenación, el planeamiento debe expresar la preferencia por anchos edificables reducidos con viviendas pasantes para eliminar las viviendas con orientación exclusiva a norte y favorecer la ventilación cruzada. La orientación de las manzanas debe ofrecer a la fachada sur, sureste o suroeste la máxima longitud siempre que sea posible. Si no son viviendas pasantes, las orientaciones a norte se deben destinar a usos complementarios no vivideros.

Esta medida, para los mismos valores de edificabilidad y sumado al criterio de acceso al sol de todos los edificios, puede conducir al descenso de la densidad de los desarrollos urbanos y, por lo tanto, aumentar considerablemente la ocupación del territorio. Asimismo, si a ello unimos los consiguientes aumentos de consumo energético generados por el aumento de superficie de fachada, se observa que hará falta encontrar el equilibrio entre densidades aconsejables y el uso generalizado de viviendas pasantes.

Para la selección de las proporciones del volumen edificado, hay que tener en cuenta la relación entre altura de edificación y sombra arrojada, y su efecto sobre la superficie de los espacios libres. Los estudios de Walter Neuzil, recogidos en buena parte de los manuales especializados, establecen que el incremento de superficie libre por aumento del número de plantas conservando el mismo volumen edificable es ineficaz a partir de la cuarta planta por la sombra que provoca sobre el espacio libre y, por lo tanto, su aprovechamiento. Por otra parte, la forma del edificio también es determinante: por ejemplo, la zona de sombra que no recibe radiación directa en todo el año es mayor en un bloque longitudinal que en una torre con el mismo volumen.

URBANISMO BIOCLIMÁTICO. CRITERIOS MEDIOAMBIENTALES EN LA ORDENACIÓN DE ASENTAMIENTOS.

Fuente: Esther Higueras

Ordenación compacta. Hammarby Sjöstad Hans Kylberg https://sv.wikipedia.org/

Hammarby Sjöstad. https://sv.wikipedia.org/